Studio 666

⭐⭐⭐
¿Quién esperaría que Dave Grohl, baterista de Nirvana y actual compositor y cantante de Foo Fighters, fuera un fan de "Evil Dead"? Y, ¿a quién se le ocurrió producirle su propia versión protagonizada por él y su banda?
"Studio 666" nos cuenta cómo la banda Foo Fighters, en busca de un sonido único para su décimo álbum, es enviada por su productor a una casa en el bosque donde los miembros de una banda de rock en los noventas se mataron entre ellos por diferencias creativas antes de completar su último álbum. A pesar de todos las señales, que sí llegan a ser ridículamente directas, Grohl, Pat Smear, Rami Jaffee, Taylor Hawkins, Nate Mendel y Chris Shiflett (interpretados por ellos mismos) deciden quedarse. Esto eventualmente lleva a que un espíritu posea a Grohl para que, aun a consta de la vida de su banda, complete una canción que dará paso libre a los demonios a nuestro mundo.
Desde la premisa sabes que no debes esperar mucho, es una historia ridícula, seguramente llena de clichés, pero que quieres ver por la mera participación de los Foo Fighters como ellos mismos. Sin embargo, esto tarda en llegar.
La primera mitad de la cinta es muy incómoda de ver, el director B. J. McDonnell falla en darle un tono a la película. Por algunos momentos se siente que la cinta se comienza a tomar demasiado en serio con actuaciones que se sienten como intentos cutres por ser naturalistas, por otros ocurren cosas graciosas con un timing pésimo y que parecen más bien un sketch mal logrado, y la química entre los miembros de la banda es deplorable al grado de que dan pena ajena. En un inicio te preguntas si estas personas de verdad son amigos en la vida real, porque los personajes secundarios son más carismáticos y se nota que sí saben lo que están haciendo.
Toda la primera mitad de la película es un sin propósito, sin camino. Es Dave Grohl, porque en la primera mitad de la cinta el resto de la banda a penas y aparece, pasando por experiencias entre cómicas y lo que creo deberían ser terroríficas con efectos digitales tan cutres que parecen hechos por mí en Adobe Premiere, al grado de que te sacan de la experiencia la primera vez que los ves, que ya es bastante adentrados en la película. Además, la casa dónde ocurre todo carece de personalidad en la mayoría de sus cuartos, este lugar debería ser único en sí y funcionar como un personaje más, pero se siente como cualquier casa genérica que encontró la producción. La historia es floja, llena de clichés y muchas cosas ocurren porque la historia debe seguir avanzando, lo cual da a entender porque Grohl, quién escribió esta historia como un cuento, se dedica a la música y no a narrar historias. Pero, lo más triste de todo es que lo que mejor hace la película en su primera mitad, lo olvida para la segunda: las múltiples referencias al "mundo" de rock, como el ocultismo de Jimmy Page y el cameo de Lionel Richie. Así mismo, a pesar de algunos interesantes movimientos de cámara, no siempre bien logrados, y la música original producida por el ya legendario en el género John Carpenter, no creo que la primera mitad de la película se pueda salvar.
No es hasta que Grohl escucha la canción en la que estaba trabajando la banda noventera (cuyo nombre no debe ser tan importante si es que ya lo olvidé) antes de que se mataran entre ellos y encuentra un mapache crucificado en la pared alimentando con su sangre un libro forrado en piel humana, porque "Evil Dead" supongo, que la película adquiere rumbo y Grohl funciona como antagonista. Lo cual, le permite al resto de la banda por fin interactuar en pantalla y hacer avanzar la historia hacia un objetivo, pues el pretexto del inicio de la película no es más que un Macguffin.
A partir de este punto la cinta se vuelve muy disfrutable. Ya tiene un hilo narrativo, conflicto, un tono más marcado y por fin te da lo que querías ver: a los Foo Fighters. Los efectos viduales y especiales, si bien siguen siendo cutres, ya es más fácil que los aceptes y se sienten como una parodia al cine de serie B, precisamente la película quiere que te rías de ellos. El gore y las muertes son ridículas y risibles, como en cualquier Slasher, aunque sí tardan algo en llegar y no se sienten del todo personales, pues los personajes te empiezan a interesar cuando la mitad ya están muertos. No obstante, no puedo negar que cuando comienzan a dejar a la banda interactuar, y parecen sentirse más cómodos frente a cámara, se siente una mejor química entre ellos y que se están divirtiendo al grabar esto, lo cual se contagia y es muy disfrutable de ver. Además, ya que por fin empiezan a poner rock, la película se vuelve lo que esperabas y querías ver.
En sí, "Studio 666" es una historia boba, llena de clichés del terror y que tarda media película en encontrar su tono, pero una vez que lo hace se vuelve muy entretenida. Sobre todo la interacción entre los miembros de la banda, que es muy divertida ya que se les pasó el miedo a actuar frente a cámara y los guionistas decidieron que sería bueno también incluirlos a ellos en la cinta y no solo a Grohl. Es una película over the top, con gore logrado con muñecos de plástico y mucha sangre falsa en situaciones ridículas y/o inverosímiles, pero que por el mero hecho de que aparezcan los Foo Fighters la vuelve casi automáticamente de culto. Además de que, no puedo negar que el paralelismo que la película plantea entre lo malvada que es la industria musical, tomar una carrera de solista y vender tu alma al diablo, aunque superficial, es un lindo detalle.
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