The Bad Guys
⭐⭐
"The Bad Guys" es una experiencia que definiría como extraña. La nueva apuesta de DreamWorks es un viaje que empieza en las primeras películas de criminales de Tarantino, para después involucrar un atraco al estilo "Oceans 11", y finalizar con una historia de agentes secretos tan exagerada digna de una película de James Bond protagonizada por Pierce Brosnan.
La cinta nos narra las desventuras del grupo de criminales que se hacen llamar "los tipos malos", conformado por Mr. Wolf (Sam Rockwell), Mr. Snake (Marc Maron), Ms. Tarantula (Awkwafina), Mr. Shark (Craig Robinson) y Mr. Piranha (Anthony Ramos). Este equipo especializado en atracos decide robar el Delfín de Oro, un premio otorgado a la mejor persona (o animal), que la Alcaldesa Diane Foxing (Zazie Beetz) le va a dar al Profesor Rupert Marmalade IV (Richard Ayoade), para así cimentar su legado. Sin embargo, cuando todo sale mal y el equipo es arrestado, prometen intentar volverse buenos para ser reintroducidos en la sociedad, cosa que a Mr. Wolf parece gustarle, lo que le ocasionara roses con su pandilla.
Lo primero que tengo que decir de la cinta es que es para niños. Es decir, no es familiar, se siente muy enfocada para niños, haciéndola difícil de tomar en serio si ya tienes más de 12 años. Pero, los niños que había en la sala, se reían a carcajadas y parecieron disfrutarla mucho, así que me queda claro que yo no soy su público meta.
Por esto mismo, no hay mucho que decir. La historia es simple y funcional, aunque tiene múltiples giros de trama y revelaciones, es predecible en muchos aspectos y fácil de seguir. De hecho, hay un personaje cuya única función en la película es decir qué es lo que está pasando, incluso hace evidente el mensaje que quiere dar la película. En ese sentido, es desesperante que la película te trata como estúpido, no solo a ti como adulto, también a los niños como si fueran incapaces de entender que no debes juzgar un libro por su portada si alguien no se los dice explícitamente.
En ese sentido, el mensaje es simple y ya algo que DreamWorks había trabajado muchas veces en películas anteriores, de mucho mayor calidad, por cierto. El problema es que la cinta, a pesar de eso, se esfuerza por mostrar a los personajes malos como feroces o feos, y los buenos como bonitos o mansos. Aún cuando un personaje cambia de un lado a otro, sí le modifican aspectos para que encaje mejor con su nueva personalidad. Lo cual, es una forma muy estereotípica y simplista de representar la bondad y la maldad, y que va contra el mismo mensaje que busca plantear el filme.
La animación, por su parte, tiene cosas interesantes, pero es muy difícil no compararla con la de Illumination. Por lo que, no se siente con una personalidad única. Y si le sumamos que la película cada vez se vuelve más exagerada y el tono cada vez más ridículo y over the top, es difícil entender bien qué era lo que se suponía que debía ser esta película.
Eso sería todo, se trata de una película para niños, divertida, simple y que sí logra entretener. Pero que, como adulto es difícil de disfrutar, carece de una personalidad única, o aunque sea marcada, y se llega a contradecir con el mismo mensaje que intenta dar.

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