The Protégé
⭐⭐
¿Cómo es que que un Michael Keaton de 70 años se mueve con más agilidad que hace treinta años cuando interpretó a Batman? Pero, y más extraño, ¿cómo es que Martin Campbell pasó de dirigir películas de acción, cuanto menos memorables, a esto?
La película comienza en 1991 en Vietnam, dónde Moody (Samuel L. Jackson) es un asesino a sueldo que rescata a una pequeña niña, Anna (Maggie Q), de un grupo de criminales y la saca del país. Treinta años después, cifra que le encanta remarcar a la película, ambos personajes viven una vida secreta como asesinos de gente ilocalizable, mientras que Moody está retirado y Anna trabaja en una tienda de libros antiguos. Sin embargo, cuando Moody decide reabrir un caso antiguo y completar el trabajo, Anna recibe una visita de Rembrandt (Michael Keaton), una especie de jefe de seguridad de alguien que desconocemos, en la tienda de libros, para después encontrar a Moody asesinado en su casa. Así que, Anna emprende un viaje a Vietnam para encontrar a quién sea que mandó matar a Moody y cobrar venganza, pero, para esto, tendrá que enfrentarse a diversos enemigos, recurrir a viejos aliados y ser más inteligente que Rembrandt.
Creo que lo mejor que puedo decir de esta película es que es entretenida, quizás solamente capaz de mantener tu atención, no creo que pueda concederle nada más. Y eso solo hablando de la historia que tiene misterios, porque como película de acción es muy pobre. Sí, tiene múltiples escenas de acción, disparos y peleas cuerpo a cuerpo, aunque están muy pobremente filmadas y dirigidas. Lo más interesante es cuando un par de personajes caen sobre y rompen una mesa de vidrio, fuera de eso, no creo que haya algo que recuerde. Las escenas de acción si bien son frenéticas, tienen tantos cortes que se vuelve difícil mantenerse ubicado espacialmente, y es obvio que los cortes son cuando los personajes se golpean, lo cual le quita cualquier sentimiento de realismo que sagas como John Wick han logrado darle a este género; película de la cual, por cierto, el poster se jacta de tener el mismo estudio detrás. Claramente, no fue el estudio quién logró las increíbles escenas de acción de John Wick.
Por otro lado, resulta extraño que lo más entrañable de la película sean las interacciones de Anna y Rembrandt cuando no están peleando, más aun cuando el título de la cinta hace énfasis en Anna y su relación con Moody. De hecho, esta idea de Anna siendo la protegida de Moody a penas y se ve en tres escenas, parece exagerado que este sea el título de la película.
Pero, regresando a Anna y Rembrandt, es complicado. Sí, se siente una especie de química entre los personajes y sus escenas de coqueteo son de lo más interesante, la contradicción generada entre su coqueteo y peleas físicas y amenazas es, al menos, divertido de ver y no te deja indiferente. No obstante, sí puede llegar a resultar extraño ver a un Michael Keaton de 70 años coquetear con una Maggie Q de 42, podría ser su hija. El que tengan relaciones sexuales, aunque no las veamos, resulta improbable e incómodo. Pero, que se plantee la idea de que un señor de 70 años podría matar sin problema a una mujer de 40 que desde niña ha sido entrenada para asesinar ya es demasiado pedir. No deja bien parada a la protagonista, y da un mensaje machista y hasta ridículo; el patriarcado lo hace de nuevo.
Y esto no es lo único ilógico de la cinta. Múltiples veces pasan cosas sin sentido que te tienes que comprar para que la historia avance. Como, por alguna razón, (aquí viene un spoiler pero no creo que afecte la experiencia) Anna no se da cuenta de que el cuerpo no es de quien ella describe como su "segundo padre", aún cuando el color de piel de ambos personajes es distinto. La película sí te pide que dejes pasar muchas cosas para que la historia siga avanzando, a veces simplemente tienes que aceptar que los personajes son idiotas en algunas escenas específicas. Pero, en un punto se vuelve tan exagerado y extraño lo que pasa, aunado al humor involuntario en flashbacks que parece que intentaban ser serios y dramáticos, que ya ignoras cualquier incongruencia y te dejas llevar sin cuestionar mucho.
Lo más memorable de la película, si se le puede llamar así, es que trae de regreso a actores muy reconocidos, sobre todo de acción, de los noventa; cosa que también se podría decir del director. Porque, por alguna razón, fuera de Anna, todos los personajes son hombres ancianos. Samuel L. Jackson con solo tener un bigote estereotípico quiere que creamos que es treinta años más joven, la agilidad del doble de Michael Keaton no le oculta las canas y la calvicie, y Robert Patrick interpreta a un motociclista prácticamente desechable, como la mayoría de los personajes secundarios en la historia.
Es una película mediocre, tal cual, pero competente dentro de lo que cabe. Las escenas de acción son pobres y recurren al mismo viejo truco que desde los sesenta Bazin evidenciaba que le quitaba realismo e impacto a las escenas. La historia funciona, avanza y da pie a escenas de acción, pero, aun con un misterio por resolver, no es realmente interesante. Los actores tienen carisma y las interacciones entre sus personajes son divertidas o, en su defecto y diciéndolo lo más positivamente posible, extrañas. Creo que lo mejor de la película es su poster, el cual te da dos mejores opciones de películas de acción para ver en vez de "The Protégé".

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