Fantastic Beasts: The Secrets of Dumbledore

 

Por favor, alguien prohíbale a J. K. Rowling seguir tocando Harry Potter. Si la primera película de esta nueva saga era interesante y con personajes carismáticos, su secuela fue lenta y preparativa para el enfrentamientos final, "Fantastic Beasts: The Secrets of Dumbledore" decide ignorar todo eso y hacer nada, absolutamente nada con ello.
Esta nueva aventura del mundo mágico comienza con Dumbledore (Jude Law) revelando su secreto, contándole a Grindelwald (Mads Mikkelsen) que se había aliado con él porque lo amaba; esto en una especie de visión, ¿creo? Pero, no importa, porque saltamos a Newt (Eddie Redmayne), quien está tratando de rescatar a una cría de una especie de cabra mágica recién nacida, cuando es interceptado por Credence (Ezra Miller) y otros seguidores de Grindelwald, quienes se llevan la cabra bebé; sin embargo, Newt descubre que la cabra tuvo gemelos, quedándose con la segunda. Entonces, Dumbledore arma un equipo encabezado por Newt, acompañado por Kowalski (Dan Fogler), su hermano Theseus (Callum Turner), una maestra llamada Lally (Jessica Williams), la asistente Bunty (Victoria Yeates) y Yusuf Kama (William Nadylam, a quién nadie recordaba de la película pasada). Este equipo es encargado con múltiples planes por Dumbledore, pues la sangre de la cabra muerta le permite a Grindelwald ver el futuro, para que se infiltren en las elecciones de una especia de alto consejo de magia para ver qué planea Grindelwald; quien, al final, se destapa como candidato y planea usar la cabra revivida para ganar las elecciones (pues esta cabra se inclina ante quien es puro de corazón). Todo esto mientras que Dumbledore intenta convencer a su hermano Abelforth (Richard Coyle) de hacer las pases con su hijo Credence, cuyo verdadero nombre es Aurelius Dumbledore (porque todos deben tener nombres con A), pues se está muriendo.
El principal problema de la cinta es que no lleva a nada, se siente como si acabara de la misma manera en que empieza. Sí, ocurren un par de cosas que sientes que te acercan a la batalla final, pero realmente dichas cosas pudieron haber pasado en un par de minutos, y que animales fantásticos fuera una simple trilogía. Entonces, al final, tienes dos horas de acontecimientos que, en el mejor de los casos, resultan medianamente entretenidos, pero que no llevan a nada. De hecho, en la película el mismo Theseus lo dice: "We finished where we started".
Para bien o para mal, ese no es el único problema del guion, el cual es una porquería. El guion le arrebata personalidad a todos los personajes, muchas cosas pasan por mera casualidad, otras se contradicen con lo que ya sabíamos de la saga, y hay nuevos conceptos que aparecen de la nada y sin explicación, pero los tienes que aceptar para que avance la película. El ejemplo más claro es un espejo que tiene Abelforth y se conecta con otro de Credence, permitiéndoles mandarse mensajes entre ellos; pero no se explica de dónde salió este espejo, porque lo tienen y, a pesar de toda la insistencia de la película en este, al final carece de importancia. Algo similar pasa con el pacto de sangre de Dumbledore y Grindelwald, el cual solo lastima a Dumbledore cuando piensa en desafiar a Grindelwald, pero puede conspirar en su contra sin ningún problema, y dicha situación se resuelve por casualidad, porque el guion lo necesita.
Además, si en "The Cursed Child" habíamos visto que J. K. Rowling no sabe escribir de viajes en el tiempo, en esta película vemos que no entiende de política, visiones del futuro o lógica básica. Como Grindelwald puede ver pedazos del futuro, Dumbledore decide hacer múltiples planes que planea que fallen y no lleven a ningún lado para que Grindelwald no pueda predecirlos, lo cual no solo es completamente ilógico, también es sin propósito. Porque, Dumbledore tiene una brújula mágica (Jack Sparrow estaría orgulloso, lástima que Depp ya no es parte de la saga) que, quién sabe de dónde saco o qué haga, pero la utiliza para algo como ver el futuro o saber qué hacer.
Toda la cuestión política es muy confusa, pues parece que van a ser las elecciones alemanas y luego resulta que estas elecciones dominan a todo el mundo mágico, haciendo al Ministerio de Magia que tanta importancia tenía en las películas de Harry Potter un mero peón de... ¿Alemania? Y el plan de Grindelwald es llegar a un puesto político mediante... ¿populismo?, porque ¿el líder político anterior decide absolverlo de todos sus crímenes? y ¿ninguna otra organización decide que esto está mal? ¿Y todo el mundo mágico decide seguir ciegamente a un megalómano y criminal solo porque le dieron indulgencia política? Todo porque... ¿Alemania? La verdad, con la idea de que Grindelwald es una crítica a Hitler, esta película se siente como un ataque a los alemanes a quienes pinta como unos imbéciles fascistas. Y luego, ¿como una cabra mágica se inclina ante Grindelwald en un rito antiquísimo todo el mundo mágico decide que este asesino totalitario va a ser su gobernante? ¿y solo los protagonistas tienen el suficiente criterio para cuestionar esto? Porque eso sí, en este mundo mágico no se gana por votos,  se gana por "aclamación", lo que sea que esa pendejada signifique. Para que, todo el mundo mágico carezca de principios y se apoye ciegamente ante quien sea puro de corazón según una cabra mágica. Que, la idea de que un político pueda ser puro de corazón es la estupidez más grande de la película.
Sin embargo, no todo es malo, porque hay tres criaturas mágicas nuevas metidas con calzador a la trama para justificar el título de la saga. Tenemos una cabra mágica (qilin, acabo de recordar su nombre) que decide la política del mundo mágico, un pato inflable que tiene que salvar a Newt al inicio de la cinta y un escorpión gigante que cuida una prisión; porque Newt debe usar sus habilidades de magizoólogo para rescatar a su hermano de la prisión más extraña y sin sentido que existe.
Además, la dirección, fotografía y montaje dejan mucho que desear. La fotografía es muy saturada y altamente contrastada, que no se aprovecha y solo es para mantener la estética de la saga, además de que en las escenas de noche no se no se ve nada. Los encuadres carecen de gracia y los movimientos de cámara son mínimos y no aportan nada, más que la fascinación de Yates por atravesar ventanas sin sentido. Igualmente, por alguna razón, Yates encuentra fascinante el juego de plano contraplano y lo repite en todas las conversaciones, que son muchas y muy largas; esto cuando toda la película de dos horas son discusiones, por el amor de Dios, Yates, piensa una forma más creativa de plantear las interacciones de personajes, de perdido un plano general de establecimiento. Lo mismo pasa con las escenas de acción, que a penas y hay un par, están dirigidas de una forma tan confusa y contemplativa que no generan una emoción genuina. Y la edición no ayuda, tampoco creo que hubiera mucho que se pudiera hacer, pero las transiciones entre escenas son confusas, en momentos poco apropiados y hacia escenas que se podrían haber ahorrado. Eso sí, los efectos visuales son espectaculares, aunque muchas veces solo están para apantallar, carecen de propósito y están en todos lados, haciendo que la película se sienta extremadamente falsa, como si nada estuviera ahí realmente.
Pero, de todo, lo peor son los personajes. Newt sigue siendo el mismo magizoólogo extraño, pero en este caso sin crecimiento, enamorado de Tina quien ni siquiera se dignó a aparecer en esta película porque... ¿estaba ocupada? Kowalski decide regresar al mundo mágico en dos segundos porque la trama tiene que avanzar, supera la depresión en un viaje de traslador a chimenea de polvos flú (porque la lógica o consistencia no es el fuerte de la película), y está dispuesto a arriesgar todo el mundo por Queenie. Quien, en esta película a penas y aparece, el conflicto que parece tener resulta ser una estupidez, hace que sus decisiones en la película pasada sean una reverenda pendejada y todo se resuelva por el poder del amor. Lally es otra maestra desechable de Hogwarts, buena onda, pero que va a perder su personalidad en la próxima entrega, y que promete volverse la nueva pareja de Theseus; porque también aparece el hermano de Newt, quien no sirve para mucho más que para acostarse con maestras negras (me resulta curiosa la coincidencia solamente) de Hogwarts. Bunty vive toda la película en la friendzone, pero es el Deus ex machina de la cinta. Yusuf Kama está ahí y tiene un... ¿conflicto?, bueno parece que va a llorar en pantalla. Credence tiene un par de escenas en que lo vemos a punto de morir, y Abelforth talla compulsivamente un espejo ya que no puede hacer las pases con su hijo porque ninguno de los dos habla como una persona normal sin hacer cara de sufrimiento todo el tiempo. Grindelwald, interpretado por Mads Mikkelsen, es una versión más sobria del personaje, pero carece de la extravagancia de Depp y tira a la basura la construcción del personaje en la película anterior (aunque esto no es culpa del actor). Pero, no hay cómo rescatar a Dumbledore, se trata de lo mejor que le ha pasado al mundo, siendo extremadamente poderoso, revelando su amor por Grindelwald de una manera forzadísima iniciando la película, al que todos siguen porque... ¿es Dumbledore? y, a pesar de usar gente como cerdos para el matadero, es ¿puro de corazón? No digas mamadas Rowling.
Entonces eso es "Fantastic Beasts: The Secrets of Dumbledore", dos horas veinte de película que no llevan a nada y se pudieron haber contado en quince minutos, con un guion flojísimo, ilógico y hasta pendejo. La dirección aburridísima, con una fascinación por el plano contraplano y atravesar ventanas; una fotografía sin gracia, quizás un plano interesante solamente; y una edición lenta y torpe. Pero, que toma a los personajes interesantes de películas anteriores y les quita su personalidad, no los desarrolla, los vuelve seguidores ciegos de Dumbledore, les arrebata cualquier complejidad que tuvieran, los vuelve imbéciles y, no menos importante, los pone a hacer cara como si estuvieran estreñidos porque... ¿desarrollo?
Lo más triste es que conforme veía la película, porque tienes mucho tiempo muerto para cuestionarte todo tipo de cosas como ¿por qué vine a ver esta película?, se me ocurrían teorías y cosas interesantes para ver en pantalla, pero, al final, la cinta se iba por el camino fácil para arruinar a los personajes; ya ni porque Dumbledore insiste en tomar el camino correcto y no el fácil a lo largo de toda la película. Había un par de cosas con un potencial interesante, pero que se desperdiciaron totalmente. Además, ¿por qué chingados los secretos de Dumbledore son cosas que ya sabíamos, que la película revela de la forma más inorgánica posible y que no afectan en nada a la trama? Por favor, alguien aleje a Rowling de lo que sea que use para escribir y contraten un guionista competente para cerrar esta saga de una vez por todas.

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