Father Stu

⭐⭐⭐

Esta película es la mejor idea que se tuvo en una lluvia de ideas sobre ¿cómo acercar a las nuevas generaciones a Dios? Se siente como el sueño húmedo de la iglesia, aunque sin niños, gracias a... ¿Dios?
"Father Stu" está basada en la historia real de Stuart Long (Mark Wahlberg), un joven boxeador que, cuando su carrera está a punto de terminar por su edad y problemas de salud, decide irse a Hollywood para intentar lograr el éxito como actor. Sin embargo, y para sorpresa de nadie, su plan como trabajador de supermercado para conocer a las estrellas fracasa, pero se encuentra con Carmen (Teresa Ruiz), de quien queda enamorado. No obstante, como nada le sale bien, Carmen es católica, por lo que, Stu se convertirá a esta religión con tal de estar con ella. Pero, su plan se ve interrumpido cuando, tras un accidente automovilístico, Stu decide que no le basta con ser católico, se va a convertir en sacerdote, así que, y ante todo pronostico, deja a Carmen y entra al seminario. Sin embargo (cuantos giros tiene está película), le diagnostican una enfermedad muscular que lo dejará como Stephen Hawking, por lo que, tendrá un año para ordenarse como sacerdote, hacer las pases con Carmen y salvar su relación con su madre (Jacki Weaver) y su padre (Mel Gibson).
He de empezar mencionando que, independientemente de lo horrible del poster, la transición de boxeador a sacerdote es una premisa interesante, al menos para alguien que fue criado en esta religión. Lo cual, se sostiene y se vuelve verosímil gracias a Wahlberg, pues, como está haciendo el mismo papel que lleva años haciendo, es muy carismático y divertido. Logra construir un personaje interesante y con una contradicción muy grande, su fe y vocación con lo mal hablado y grosero que es. Sin embargo, a pesar de que este personaje le queda muy bien, sí se siente como si estuviera haciendo el mismo papel de siempre, y se puede volver algo tedioso, como si se hubiera estancado como actor (algo muy similar a lo que le pasó a Ryan Reynolds, ahora todos sus personajes son Deadpool).
No obstante, para bien o para mal, en lo que se termina sosteniendo toda la película es en este conflicto y transición del personaje, cosa que me parece un arma de doble filo. Seguramente a gente muy religiosa le va a encantar la película, cómo Dios perdona y nos guía, y cómo se puede ser cool y católico a la vez; lo cual explica porqué Mel Gibson aceptó salir (y por otra sorpresa más adelante). Mientras que, alguien que deteste la religión y la iglesia, independientemente de sus razones, la va encontrar muy difícil de ver. Además, sí soy capaz de entender que, si no fuiste criado o crees en dicha religión, los argumentos católicos que usan los personajes pueden ser complicados de entender y hasta ilógicos.
Por eso, el guion es bastante tambaleante. Es bueno, narra la caída y superación de un personaje, está bien estructurado y sabe aprovecharse de su premisa. Sin embargo, si a mí, que estoy criado en la religión católica, de repente me resultaba complicado aceptar las motivaciones de los personajes y sus decisiones, no me quiero imaginar para alguien que no entiende cómo funcionan conceptos de esta que pueden ser contraintuitivos. Además de que, al redactar la sinopsis, me resultó clarísimo que toda la subtrama de Stu y su relación con sus papás, que está presente toda la película, no obtiene ninguna relevancia hasta el tercer acto. No me atrevería a decir que se podría quitar del todo, porque para el contexto y desarrollo del personaje son importantes, pero durante toda la película solo se sienten como interrupciones.
He de decir que lo más destacado son las transformaciones físicas que sufre el personaje en el tercer acto de la película cuando empieza a engordar y dejar de usar sus músculos. La forma en que ves estos cambios, sobre todo en la cara de Wahlberg, está muy bien conseguida y hace brillar a la película.
Porque, lamentablemente, la dirección, si bien parece que propone una idea de pasar de una claustrofobia y desesperación a planos más abiertos y calmados, se siente bastante convencional; me acabo de enterar que la directora es la pareja 35 años menor de Mel Gibson, eso explica mucho. No diría que hay un plano que se me haya quedado grabado, y eso que el departamento de fotografía, excepto en un par de planos abiertos con luz dura que se deforman, hace un buen trabajo. Pero, no se siente que proponga nada nuevo, no aprovecha las locaciones y no busca crear composiciones interesantes, recuerdo más canciones que planos de la película.
Porque, eso sí, la película está muy bien aderezada con, y medio que intentar darles una función narrativa a, las canciones y lo que significan para los personajes. Tenemos música de Elvis Presley, Johnny Cash y canciones populares de rock n' roll, country y pop de la segunda mitad del siglo XX. La verdad, si bien la película lleva buen ritmo y siempre pasa algo, las canciones sí logran mantenerte disfrutando más la cinta y que no se vuelva tan tediosa.
En sí, la película tiene atributos muy buenos, su premisa y el protagonista, y otros cuestionables, ciertas subtramas y falta de identidad. Sin embargo, creo que para alguien que es católico, obviamente no muy radical, va a encontrar esta como una gran película y que demuestra muy bien dicha ideología; pero, para alguien que no tenga relación con estas creencias, la cinta va a parecerle ilógica, y alguien en contra de la religión la va a aborrecer. Supongo que la película tiene un nicho relativamente amplio de católicos a quienes apelar, a menos que hayan sido monaguillos, claramente.

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