Stranger Things 4
⭐⭐⭐⭐
Malditos Hermanos Duffer. No sé cómo hicieron para lograr meter cualquier mamada en esta serie y que aún así te mantenga fascinado.
Esta cuarta temporada nos sitúa un año después de la anterior. El (Millie Bobby Brown) vive junto a Will (Noah Schnapp), Jonathan (Charlie Heaton) y Joyce (Winona Ryder) en Lenora, California, lugar que Mike (Finn Wolfhard) visita en vacaciones para reencontrarse con El. Sin embargo, las cosas se descontrolan en Hawkins cuando aparece un nuevo villano, Vecna (Jamie Campbell Bower), el cual es capaz de matar remotamente desde el Upsidedown, así que, Dustin (Gaten Matarazzo), Lucas (Caleb McLaughlin), Max (Sadie Sink), Nancy (Nataly Dyer), Steve (Joe Keery), Robin (Maya Hawke) y Erica (Priah Ferguson) harán todo lo posible por detenerlo. Pero, esta vez no tendrán la ayuda de los adultos, pues Joyce y Murray (Bret Gelman) están en una travesía en la Unión Soviética para rescatar a Hopper (David Harbour). A parte, el Dr. Owens (Paul Reiser) y el Dr. Brenner (Matthew Modine) saben que algo se avecina, por lo que, idean un plan para lograr regresarle sus poderes a El y que pueda enfrentarse a Vecna. No obstante, debido a la distancia, todos los personajes intentarán llegar a Hawkins de distintas maneras para ayudar a detener a Vecna, misión a la que se unen nuevos personajes como Eddie (Joseph Quinn), Argyle (Eduardo Franco), Dimitri (Tom Wlaschiha), entre otros.
He de decir que, con esta cuarta temporada, a pesar de mis peores miedos, la serie se sigue consolidando como una de las series más entretenidas y atrapantes de ciencia ficción. Es cierto, ya no es aquella pequeña serie de la primera temporada con un par de locaciones y niños jugando D&D, todavía juegan D&D, pero ya es una escala mundial la que maneja esta serie. En ese sentido, hay que aceptar que la serie ya se convirtió en algo más, al igual que sus personajes, ha crecido.
En ese sentido, he de admitir que no creo que la serie sea capas alguna vez de replicar lo que logró la primera temporada, que personalmente me parece perfecta. Episodios cortos, una historia de misterio sencilla pero bien contada, un monstruo icónico y personajes increíbles que consiguieron algo nunca antes visto en el streaming. En ese sentido, creo que conforme más pasan las temporadas, ese sentimiento de intimidad se va perdiendo, las situaciones cada vez son más grandes y locas, y, de cierta manera, se va alejando de lo más fascinante de aquella primera temporada.
Sin embargo, la serie se sostiene sorprendentemente bien por una simple razón: los personajes. Los Hermanos Duffer son una maravilla creando personajes, y aunque las situaciones ya se vayan mucho a la mierda, estos personajes hacen que quieras verlas. Cada personaje tiene una personalidad única, puedes saber de quién se trata solo por los diálogos, todos son carismáticos en su propia forma de ser y, cuando los Duffer los obligan a relacionarse, es algo simplemente increíble y disfrutable. No importa si los personajes están en una prisión en la Unión Soviética, peleando con murciélagos mutantes, huyendo de deportistas porque creen que D&D es un culto, en un road trip en medio del desierto huyendo de militares o enfrentándose en el plano psíquico gracias al poder de Kate Bush, los personajes te importan tanto que quieres que les salga todo bien.
Además, los Duffer siguen incluyendo cuestiones de los 80s que no se habían visto en temporadas pasadas, en este caso le toca al pánico satánico y se explora aún más la Guerra Fría. Es muy curioso eso de "Stranger Things", se siente como algo completamente ochentero, desde estética hasta temáticas y situaciones, pero no es anticuado. Es como una historia ochentera contada en nuestros días, es muy difícil de describir, pero es magnífico.
Además, siendo honesto, y por eso me esperé hasta que saliera el volumen 2 para hacer esta crítica, esa división me pareció de las cosas más inteligentes que hizo Netflix. Dio un mes para que todos los fans de "Stranger Things" nos atrapáramos con la serie, pues el séptimo capítulo te deja con una revelación y cliff hanger muy bueno, para que así cuando se estrenara el final de temporada todos fuéramos como locos a verlo. Sin embargo, he de decir que sigo prefiriendo cuando estrenan un capítulo cada semana, es una espera constante y el tener que dedicar poco tiempo de la semana es algo que se agradece.
Porque, eso sí, cada episodio de esta temporada es muy largo, de hecho con cada temporada se vuelven más largos. No obstante, en esta cuarta, cada episodio dura más de una hora, el último pasa las dos horas, por lo que, sí requieres dedicarle buen tiempo a la serie, pues cada capítulo es básicamente una película. No me quiero imaginar cuánto van a durar los capítulos de la quinta temporada. A pesar de esto, como digo, los personajes son increíbles y, aunque sí se llegan a sentir largos los episodios, no se vuelven tediosos, siempre te mantienen atrapado y realmente no hay escenas que diría que sobren, siempre está pasando algo.
Pero, y a pesar de todo, sí hay algo que "Stranger Things" necesita, y es dejar que los Duffer escriban y dirijan toda la serie. "Stranger Things" es el bebé de los Duffer, y ves el cariño que le tienen en el guion y la dirección de sus episodios. Mientras que los episodios dirigidos por Shawn Levy se sienten genéricos (como toda su filmografía y me hace temer por "Deadpool 3"), los dirigidos por los Duffer se disfrutan mucho más. El nivel de amor que le ponen a los diálogos y lo que dicen entre líneas, a desarrollar personajes, a la dirección, a cada plano, al montaje, a todo, es simplemente fantástico. Los Duffer ven a "Stranger Things" como su obra maestra, y lo cuidan como tal, su dirección es maravillosa, entretenida, dinámica y cada plano busca ser el mejor plano posible.
Además, por alguna razón, "Stranger Things" sigue encontrando la manera de generar imágenes impresionantes que se te quedan taladradas en la cabeza. La batalla con el Demogorgon con una espada, la forma en que Vecna controla a sus víctimas, el concierto de metal en el Upsidedown (la escena más metal que he visto en mi vida) son imágenes simplemente increíbles que no hay forma de sacar de tu cabeza.
Sí, "Stranger Things" ya no es lo que solía ser, ya no son solo niños jugando D&D en un sótano en un pequeño pueblo de Indiana, ahora son adolescentes jugando D&D y teniendo que salvar al mundo entero a través de todo el país y hasta en Rusia. Es exagerada, sí, muy lejos de dónde empezó, también, pero disfrutable, sin duda. Los personajes son carismáticos y no pueden no importarte, no importa qué situación se hayan sacado los escritores de los huevos, te la compras porque quieres que todo acabe bien. Además, los episodios escritos y dirigidos por los Duffer tienen un amor en su realización contagioso con solo verlos, no puedes no disfrutarlos y ver el cariño que hay detrás de esta serie. Ojalá la quinta temporada cierre la serie en alto, algo que, con los Duffer detrás, estoy seguro que va a pasar.

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