The Sandman

⭐⭐⭐⭐

Por fin, tras tantos años después de "The Sandman" por Neil Gaiman, alguien se atreve a hacer una adaptación audiovisual y, Oh my fucking God, qué buen cómic.
La serie trata sobre Dream (Tom Sturridge), la encarnación del sueño mismo, quién es, mediante un hechizo hecho por un ocultista (Charles Dance), aprisionado durante un siglo, además de que es despojado de sus herramientas con poderes mágicos. Esto ocasiona que muchas personas ya no despierten, que varias pesadillas escapen del reino de los sueños y que toda la realidad como la conocemos se vea en peligro. Entonces, una vez que Dream logra escapar, se embarca en una misión para recuperar estos objetos con la ayuda de Lucienne (Vivienne Acheampong), Johanna Constantine (Jenna Coleman) y el cuervo Matthew (Patton Oswalt), donde se tendrá que enfrentar a Lupin con ganas de destruir el mundo (Dvid Thewlis) y a Lucifer (Gwendoline Christie). Además, aparecerá un vórtice que amenaza el reino de los sueños con la forma de una joven llamada Rose (Vanesu Samunyai), de la cual una de las pesadillas llamada El Corintio (Boyd Holbrook) se quiere aprovechar, pero ella tendrá la ayuda de su amiga Lyta (Razane Jammal) y Gilbert (Stephen Fry), un excéntrico inglés.
"The Sandman" es un clásico consagrado de los cómics, el cual no he leído por diversas razones, pero una adaptación tan fiel como es esta no podía fallar. Según tengo entendido, lo que pasa en los capítulos es básicamente lo mismo que pasa en los primeros cómics, entonces, se siente poco arriesgada. Es decir, sí se cambia el género y características raciales de varios personajes, pero fuera de eso, no hay nada que trasgreda o busque llevar lo presentado en el cómic a un nuevo nivel.
En parte siento que esto es culpa de Gaiman, quien es un maestro de la literatura y el cómic, pero sus capacidades como adaptador audiovisual me resultan dudosas. Pues, copiar básicamente lo que ya hizo, imponer su visión de "The Sandman" sobre la de los directores (según parece por las entrevistas), y la idealización de él como creador por parte de los otros involucrados termina haciendo preguntarte: ¿y esta adaptación para qué?
Porque no puedo negar que la serie es buena, me la pasé increíble viéndola, pero están todos los paneles icónicos del cómic calcados en la serie, lo cual me da a entender que copio la novela gráfica. Y, para mí, una copia de un medio a otro tiene poco mérito, el adaptar es hacer que sea diferente, disruptivo, que no sea lo mismo que el material original. Por eso, advierto que la calificación que le doy a la serie es sin haber leído el cómic, pues, de haberlo hecho, me imagino me hubiera decepcionado como adaptación.
Eso sí, la serie está llena de conceptos muy interesantes, cuestionamientos filosóficos muy profundos que se agradecen y muchas escenas de diálogos son directamente interesantes. Además, a nivel visual la serie es muy llamativa, la presentación del reino de los sueños es increíble, ciertos planos tienen buena composición, y el diseño de producción de algunos sets es muy completa. Así mismo, es algo relativamente nuevo que varias de las situaciones se resuelvan mediante conceptos y discusiones filosóficas en vez de golpes por CGI. Definitivamente, el apartado filosófico es lo más chingon de la serie.
A pesar de sus múltiples bondades, es cierto que la serie de repente peca de lenta o se vuelve algo repetitiva. Es algo triste que si el cómic rompió incluso con las características formales establecidas en el medio, la serie no lo hace, es de lo más convencional posible. La dirección es olvidable, la fotografía genérica y la edición aburrida, solo hay pequeños momentos donde el apartado formal brilla.
Además, se nota que la serie copia los arcos narrativos de los cómics, en vez de adaptarlos a una serie de arco largo. Pues, aunque la serie hace un esfuerzo muy mediocre por unificar ambas mitades, es cierto que cada mitad se siente como una historia completamente diferente. Son problemáticas diferentes, algunos personajes aparecen solo en una ocasión y después se olvidan, hay episodios que se sienten autoconclusivos y no afectan a la historia general (como interludios), y muchas subtramas se olvidan durante varios episodios o quedan para una promesa de una segunda temporada. Y, este tipo de narrativa es a la que los lectores de cómics seriados estamos acostumbrados, a que se nos interrumpa la historia, haya cameos en un solo número, se planteen tramas que quién sabe cuando chingados el escritor decida retomar y nunca hay un puto cierre satisfactorio; pero no sé hasta que punto esto puede ser complicado en un formato de serie.
En fin, "The Sandman" es una gran serie, entretenida, con conceptos muy llamativos y cuestiones filosóficas muy interesantes que te mantienen atrapado. Sin embargo, el apartado formal peca de genérico, y los creadores idolatran tanto a Gaiman que copiaron su trabajo, en vez de hacer un intento por adaptarlo. Así mismo, si no estas acostumbrado al lenguaje del cómic, quizás sea mejor no intentar que esta serie sea satisfactoria a nivel narrativo.
Aunque, si hay algo que recomendar, mejor hay que leer el cómic. No he escuchado a nadie decir que esta serie es mejor, debemos apoyar el medio gráfico y, si la segunda temporada solo va a copiar los siguientes dos volúmenes en episodios de 50 minutos, quizás solo lea la novel gráfica. Porque, pinche Neil Gaiman, sus ideas e historias son tan cabronas que es imposible que la caguen, aun ante los esfuerzos de los directores.

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