Orphan: First Kill

⭐⭐⭐.5

Para este momento ya podemos afirmar que, queramos o no, el capitalismo va a buscar la manera de seguir explotando cualquier película que no le generó pérdidas al estudio. Así que, ni siquiera es pertinente decir que no había necesidad de esta película, aunque es muy disfrutable.
Esta nueva aventura de Esther (Isabelle Fuhrman), con un título muy chingón, aunque no se trate de su "First Kill", nos narra cómo escapa del hospital psiquiátrico y se las arregla para irse a vivir a Estados Unidos con una familia que perdió a su hija. En esta familia, la mamá (Julia Stiles, que me acabo de enterar es la de "10 Things I Hate About You") y el hermano mayor Gunnar (Matthew Finlan) sienten que algo está mal con Esther, al igual que el detective (Hiro Kanagawa) encargado del caso de Esther. Sin embargo, la reaparición de Esther ha conseguido que el padre (Rossif Sutherland) salga de su depresión y trate de unir a la familia. Por esto mismo, y contra el plan original de Esther que solo era robarle a la familia, Esther termina atrapada en este juego donde tiene que interpretar a la hija de esta familia bastante retorcida.
Hay algo muy atrapante de la primera película, notas algo un tanto extraño en Esther, pero no estás seguro de qué es. Ves la película desde la perspectiva de la mamá, cómo Esther va destruyendo su matrimonio y vas descubriendo el misterio junto con ella. Y eso es lo que funciona, que hay un misterio cuya resolución es muy bizarra, cierto, pero en la cinta hace completo sentido. Por eso, en esta segunda era peligroso querer repetir la misma trama, pues ya conocíamos el misterio y qué estaba pasando realmente. Gracias a Dios, la cinta no sigue este camino.
Eso es la mayor fortaleza de esta película, que te invierte los papeles. Ahora tu protagonista es Esther (quien se ve un poco mayor, pero te compras la premisa), la cual termina siendo atrapada en la dinámica familiar. Lo cual es una forma muy interesante de cambiar los papeles a media película y ahora jugar con la idea del suspenso en vez de misterio, pero Esther como personaje pierde un poco de su magia. Esther se convirtió en un ícono del terror por el concepto tan extraño que era esta niña psicópata asesina de treinta años, de la cual no te dan nada nuevo en esta película, más que hacerla ver indefensa en un par de escenas; y de alguna forma milagrosa verla manejar alcanzando los pedales (cabron, mide un metro, no te mames).
Y es que, aunque hay conceptos y referencias muy interesantes y/o entretenidas, no todas ayudan a contar la historia. Por ejemplo, la cinta comienza con Esther escapando del hospital psiquiátrico, en una secuencia que se enfoca de sobremanera en otros personajes (que después actúan de manera muy estúpida) y darnos información que ya sabemos, pero la cinta tiene que meterla por si hay algún pendejo que no vio la primera y no puede unir dos puntos para entender algo básico. Lo mismo pasa con cosas como la pintura fluorescente, que es una referencia a la cinta original, pero más allá de generar una estética para un par de escenas, no llega a tener el impacto narrativo que tenía en la primera cinta.
Fuera de eso, toda la cinta es bastante convencional. La edición funciona con un montaje paralelo que pudo haber sido más dramático, y el sonido está bien, aunque pudo haber tenido una propuesta más interesante. Además, dejando de lado que al fotógrafo le maman los telefotos y grabar escenas desde el otro lado del set, y que el diafragma está abiertísimo para que lo único que se siente en foco sean los ojos de los personajes, la fotografía trae un su mayoría una propuesta, lo cual siempre se agradece. Aunque, a veces sí se maman, y nos dan escenas de un con un chingo de luz sobreexpuesta que te fríe las pupilas o vemos una capa de ruido de lo que estoy casi seguro fue una corrección de imagen de tallas monumentales.
Pero bueno, ciertamente la película no aporta realmente al personaje de Esther, ver un flashback de hora cuarenta con referencias a lo que ya sabemos que pasa no es la mejor manera para desarrollar un personaje. No obstante, "Orphan: First Kill" se las amaña para, a pesar de lo impreciso del título, presentar una historia de medio-origen que no repite del todo lo que vimos en la cinta anterior, aunque se lleve al personaje de Esther entre las patas. Pero, la película es muy disfrutable, sí logra crear tensión de vez en cuando y, si te gusta la primera, esta también lo va a hacer.
Yo sigo sorprendido por el hecho de que Isabelle Furhman mida un metro con seis centímetros, eso es medio LeBron James, y una gran referencia que alguien debió haber hecho en la película.

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