Black Panther: Wakanda Forever

⭐⭐⭐

Ryan Coogler nos entregó "Creed" y "Black Panther", y en este momento estoy dudando si entendió realmente porqué estas películas funcionaron. "Black Panther: Wakanda Forever" es simplemente una película más de Marvel Studios.
Un año después de la muerte de T'Challa (Chadwick Boseman) por una misteriosa enfermedad, Wakanda se quedó sin protector debido a que no hay más hierba que le da poderes al portador del manto de Black Panther. La cosa se complica cuando unos militares encuentran vibranium debajo del mar, pero son asesinados por una especie de hombres acuáticos, que después nos enteraremos son del imperio submarino de Talocan, liderado por Namor (Tenoch Huerta). Namor amenaza a Shuri (Letitia Wright) y a la reina Ramonda (Angela Bassett) exigiéndoles que le entreguen a la científica que construyó el detector de vibranium, sino va a borrar a Wakanda de la existencia. Shuri y Okoye (Danai Gurira) van a MIT a llevarse a la medianamente insufrible Riri Williams (Dominique Thorne) para protegerla, pero el ejército de Talocan secuestra a Shuri y Riri. Ante esto, Ramonda le pedirá ayuda a Nakia (Lupita Nyong'o) para rescatar a Shuri, al mismo tiempo que tendrá que encontrar una manera para mantener a salvo a Riri y hacerle frente a Talocan.
De entrada, hablando del elefante en la habitación que era la muerte de Chadwick Boseman, esta es tratada con mucho respeto en la película. Se le hace justicia a su personaje, no se incluye con CGI y el duelo que hay en la película sirve un poco de liberación emocional también en la vida real. Lamentablemente, esta secuela se queda sin nadie que sostenga el protagónico.
Que Wright lo hace muy bien, supongo que la muerte de Boseman en la vida real es un catalizador emocional importante, pero no se siente como la protagonista durante la primera mitad. La cinta tiene tantas subtramas que la de Shuri no se siente como la verdaderamente importante, y el personaje de Angela Bassett tiene tanta presencia que opaca a los demás, que bien lo hace ella en la película. Pero, y volviendo al personaje de Shuri, para cuando toma un papel más activo y que se siente verdaderamente protagónico sus acciones y motivaciones son tan cuestionables que te cuesta empatizar con ella, y realmente ya sabes cuál va a ser el giro del clímax.
En cuanto al guion, ahí es donde encuentro la mayoría de los problemas de esta cinta. De entrada la mayoría de motivaciones de los personajes, y algunas de sus acciones, son extrañas y un tanto sinsentido. Además, hay mucha burocracia y discusiones políticas a lo largo de toda la película, menos al final porque tiene que haber ese clímax que nomas a Coogler le gusta, las cuales a mí no me molestan, pero no estoy seguro si eso es lo que la gente quiere ver en películas de superhéroes.
Hay tantas subtramas, personajes y situaciones que la película se siente desenfocada por la mayor parte del tiempo, incluso muchas de ellas no llevan a nada y solo están ahí para presentar las nuevas series de Disney +. No tengo que aclararlo, pero eso era lo maravilloso de la primera de "Black Panther", se concentraba solo en sí misma y no buscaba presentar los siete nuevos proyectos del estudio, cosa que hace que esta secuela se sienta más impersonal.
No obstante, regresando a lo decepcionante del clímax. No hay gran cosa en juego, más que tus múltiples coprotagonicos que te caen un poco mal porque nadie demuestra mucho su criterio propio para que esta ¿batalla? final pueda suceder. En media película vimos lo que de verdad está en juego, como todo Wakanda está en un peligro de ser borrada de la existencia, pero para el clímax ni siquiera lo haces en Wakanda, sino en el océano donde no hay repercusiones más allá de la muerte fuera de cuadro de personajes genéricos que ni a ti ni al protector de esta nación le importan. En el cine debes hacerlo como en el casino, para el final subes la apuesta.
La ventaja es que como ya conocemos a la mayoría de estos personajes, la película no tiene que presentarlos nuevamente. Porque, cuando presentan a Namor, es mediante diálogo explicativo sobre un flashback un tanto sobrado que no aporta realmente mucho a la trama, podrías dejar solo un vistazo y mandar al pito la voz que me dice lo que estoy viendo como si fuera pendejo. Que horrible sería si tuviera que pasar por eso con cada personaje.
Pero, bueno, Namor se roba la película, al menos para mí como mexicano. Tenoch Huerta es imponente, no oculta para nada su acento, sus escenas de acción son fantásticas y no se ve ridículo como cualquier persona en su sano juicio pensaría que lo haría alguien con calzones y alas en los pies. Aunado al reino de Talocan, del cual a penas tenemos un vistazo (muy oscuro por cierto), pero que te deja con ganas de ver más de este mundo con una estética que denominare semi-mesoamerifutirista. Aunque, es cierto que se nota menos amor puesto en la creación de Talocan que en Wakanda, al menos el de la primera película.
Que eso es otra situación, ya se le fue un poco la cosa a Coogler y su equipo creativo a la hora de crear Wakanda. La dirección no brilla tanto como en la primera entrega, aunque sigue teniendo ciertos planos muy inteligentes, la mayoría se siente genérica. El diseño de producción se siente ligeramente menos cuidado y la puesta en cámara no le permite brillar ni a Wakanda, ni a los vestuarios ni peinados como en la primera. La música ya no brilla tanto, ni se siente tan africana como en la primera cinta, y la música de Talocan tiene ahí sus toques de mesoamérica, pero no es tan buena como la de la que tiene Wakanda. Aunado a que, al fotógrafo le encanta que en las escenas nocturnas o bajo el agua (o sea, media película) no veas casi nada, supongo que quería que su fotografía fuera igual de oscura que los protagonistas.
En general, la película está entretenida, pero es una más del montón. Ya no se siente el amor que los realizadores le pusieron a la primera, es otra película de Marvel que solo está ahí para dar paso a lo que sea que nos van a entregar después. Tiene cosas muy buenas, un villano increíble, mucho respeto a Boseman, conceptos bien conseguidos y un montaje de salida de crisis que te eriza la piel. No obstante, tantas subtramas, personajes con motivaciones dudosas y decisiones cuestionables, un clímax mal logrado, un CGI (como siempre) cuestionable y en general una falta de amor de parte de los realizadores con esta secuela. No puedo decir que es mala, con sus pequeños fallos sigue siendo entretenida, pero es una más del montón, siendo preferible volver a ver la primera aún con los rinocerontes planos.

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