Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem
⭐⭐⭐⭐
Finalmente, tenemos otra película de las Tortugas Ninja para ir a ver al cine, ahora adoptando su lado más adolescente, y no decepciona.
Leo (Nicolas Cantu), Donnie (Micah Abbey), Raph (Brady Noon) y Mikey (Shamon Brown Jr.) son cuatro adolescentes que, también resultan ser tortugas mutantes expertas en ninjitsu, pero que, debido a su apariencia y miedo de su padre Splinter (Jackie Chan) por el mundo humano, viven en una alcantarilla completamente aislados. Sin embargo, al encontrarse con April (Ayo Edebiri), una estudiante de preparatoria a la que le regresan su motocicleta robada, se dan cuenta de que podrán ser aceptados si se convierten en héroes. Entonces, este cuarteto de hermanos deciden detener a Superfly (Ice Cube), un criminal que ha estado robando equipo tecnológico, y así convertirse en héroes, pero resulta que no son los únicos mutantes en la ciudad.
Lo primero a destacar de esta cinta es lo bien que adapta a las tortugas ninja al contexto actual, no solo en cuanto a tecnología y referencias a la cultura pop que hacen, sino que sus personalidades se sienten como adolescentes del 2023. Los actores de voz le dan una gran prersonalidad a cada una de las tortugas, pero sin dejar de lado las características que las hacen únicas y diferenciables desde los ochenta.
Lo mismo para los demás personajes, sobre todo los mutantes. De entrada, el elenco de voces es ridículamente sorprendente, lleno de grandes personalidades de Hollywood aun para personajes menores que hacen esta una experiencia que se siente de la talla de una gran película de verano. Así mismo, tanto visual como en su escritura, cada personaje tiene una identidad propia, que los hace claramente diferenciables entre ellos; lo cual, en muchas ocasiones, permite generar momentos memorables y que solo pueden existir en una cinta de las Tortugas Ninja.
Por su lado, la animación funciona espectacularmente. Por momentos parecen garabatos de un niño de cinco años, pero esto le da una estética única a la cinta. Es como si todo estuviera sucio, imperfecto y no tiene miedo de mostrarlo, muy acorde al tema de la cinta.
Que, hablando del tema, este está muy bien trabajado. La dualidad entre Splinter y Superfly como figuras paternas y con el mismo deseo, pero como personajes antagónicos y metodos diferentes, funciona perfectamente para mostrar dos aspectos del tema de la aceptación. Para que, al final, la cinta nos de un final que se decanta por un lado, dándole la razón a la versión positiva sobre su antítesis. Simplemente magnífico.
Así mismo, los directores aprovechan al máximo que esto se trata de una animación y no intentan que esto se vea verosímil o real. Desde la cámara moviendose como loca, hasta los fondos cambiando alrededore de los personajes en secuencias de montaje, es una cinta muy dinámica. Las escenas de acción procuran estar llenas de movimiento y adrenalina, aunque creo que sí pudiera haber habido momentos en el tercer acto donde vieramos a todos luchar juntos en un mismo plano. Así mismo, la película no le teme a usar el color de forma sumamente estilizada, o mezclar fotografías con una animación que aparenta ser descuidada, haciendo que todo parezca un collage; nuevamente, muy acorde al lado adolescente y rebelde de los protagonistas.
Por su lado, el humor funciona muy bien. Puede llegar a sentirse estúpido en momentos, pero con la visión adolescente de los protagonistas funciona perfectamente. Hay desde chistes ingeniosos en los diálogos, comedia física y grotesca, y hasta una ironía oscura. Todo englobado en una dinámica entre las cuatro tortugas que recuerda bastante a cómo funcionan las interacciones entre grupos de amigos hombres.
No obstante, aunque es una película muy completa y divertida, tiene sus cuestiones que me dejaron qué desear. En momentos, la cinta se pierde en exposición y algunas escenas se empiezan a sentir un tanto tediosas, sobre todo en la primera mitad. Además, reitero, muchas escenas se sienten un tanto vacías, como si no hubiera cosas pasando en el fondo u otros personajes nomas están sin hacer nada, no se siente la verdadera magnitud de un equipo luchando unido. Sumado a esto, lo más triste me parece la falta de arcos propios de muchos personajes, en cuanto a arcos narrativos las cuatro tortugas o el grupo de mutantes funcionan como uno solo; sí, cada uno tiene personalidad definida, pero no un arco propio. Me encantaría que en la secuela cada tortuga tuviera un problema propio, un crecimiento individual y se sintiera como un equipo que, a pesar de sus diferencias, funcionan como una familia.
Al final, sigue siendo una gran película que, por mi amor a estos personajes, me gustaría ganara el premio de la Academia. La animación es única e impecable, los diseños y personajes están sumamente bien trabajados y temáticamente la historia es magnífica. Promete una secuela impresionante.

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