La sociedad de la nieve
⭐⭐⭐⭐.5
En un inicio la cinta me resultaba poco llamativa al ya conocer la historia, pero Bayona la cuenta de una manera espectacular, convirtiéndola en una de las mejores películas del año.
La sociedad de la nieve, basada en una historia real, cuenta la hermandad que se forma entre un equipo juvenil de rugby cuando el avión en el que viajaban se estrella en una montaña nevada. Sin mucha esperanza de ser rescatados, este grupo llega hasta límites éticos, físicos y psicológicos con tal de sobrevivir.
Esta película parecería un desprpósito tomando en cuenta lo famosa que es esta historia, pero Bayona es consciente de eso y no busca sorprenderte con giros de trama espectaculares o una magnífica historia de supervivencia. En cambio, el director busca provocarte una fuerte carga emocional mediante su uso del lenguaje cinematográfico y la estructura del guion, a la vez que prefiere enfocarse en la humanidad de los personajes. La cinta tiene un mensaje sobre la colectividad, el apoyo mutuo y la amistad como un medio para salir adelante ante la adversidad; lo cual se plantea espectacularmente en un diálogo dicho por un persoanje al respecto de su fe en sus compañeros. Bayona se encarga de contar esta historia con mucha dignidad y humildad, sin ir más lejos se incluyen los nombres, escritos en pantalla o dichos verbalmente, de cada persona que experimentó esta tragedia.
Llega a un punto ridículo la habiladad de Bayona para filmar algo de forma entretenidada y creativa, incluso llegando a jugar con el CGI con tal de lograr imágenes no solo impactantes, sino también muy efectivas en su mensaje. El director español encuentra maneras de presentar una locación pequeña, la cual debería de volverse repetitiva, de maneras diferentes. Por ejemplo, en momentos de calma la luz es más intensa y la cámara está fija en planos más abiertos, mientras que en un momento en que los personajes luchan por su supervivencia la cámara en mano tiene movimientos bruscos y encuadra claustrofóbicamente a los persoanjes. Aunque, ciertamente se vuelve difícil ignorar que para las discusiones la propuesta de cámara recae en el simple plano y contraplano.
Es impresionante el trabajo que el cineasta español hace con la montaña, que se vuelve una especie de personaje más. Los planos abiertos y que mustran el enorme tamaño de la formación rocosa en comparación con los diminutos personajes generan una sensación sublime tremenda. Las imágenes de los personajes frente a una cordillera montañosa interminable como si fuera un cuadro romanticista generan una sensación contradictoria de magnificencia mezclada con el más profundo terror; cuestión que Bayona ha trabajado anteriormente y que aquí presenta de forma magistral.
Como otras cuestiones destacadas serían los dilemas éticos y religiosos que están al centro de la historia, dejando de lado simplemente la idea del bien y el mal, poniendo a los personajes en situaciones complicadas y donde no puedes juzgarlos, y mucho menos condenarlos. Que, el guion también hace un trabajo impresionante al momento de jugar con tus emociones, siempre encuentra maneras de hacerte sentir que todo está perdido, a la vez que presenta momentos irónicamente alegres y bonitos para después romperlos con una escena sumamente terrorífica y trágica, siendo un viaje emocional muy poderoso. Igualmente, la escena de cuando el avión se estrella es fantástica, logra transmitir efectivamente la sensación de confusión y miedo de los personajes, es extremadamente inmersiva y utiliza la cámara lenta como un recurso para mostrar cuestiones impactantes y que no podrían lograrse de otra forma.
Es una de las mejores películas del año, en la cual Bayona demuestra que es capaz de llevarte en un viaje emocional terrorífico, pero sin olvidar la parte humana.

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