Inside Out 2
⭐⭐⭐
Como en este momento la industria cinematográfica está aterrada de hacer cosas nuevas y busca capitalizar nostalgia, aunque sea de hace menos de diez años y rompiendo nuevamente la promesa de Pixar de entregar cosas originales, Inside Out 2 es un... ¿éxito?.
Las cinco emociones de Riley (aunque quitando a dos de las voces originales que daban perfectamente en el clavo y ciertamente fue doloroso verlas partir) ya saben cómo trabajar juntas, y ahora tienen que llevar recuerdos a una piscina subterránea para formar la identidad de esta ahora adolescente, a la vez que Alegría arroja a la parte trasera de su mente los recuerdos que considera dañinos. Pero, con Riley llegando a la pubertad y yendo a un viaje de hockey con sus amigas, aparecen cuatro nuevas emociones: ansiedad, aburrimiento, envidia y vergüenza. Ansiedad, en su búsqueda desesperada por ayudar a Riley, aprisiona a las 5 emociones principales, a la vez que intenta crear una nueva identidad a partir de puros recuerdos de ansiedad. Las cinco emociones principales, lideradas por Alegría, tendrán que ir al fondo de la cabeza de Riley a rescatar su identidad perdida y regresar al cuartel general a tiempo.
Es una película competente, entretenida y bien hecha. La estructura de la historia funciona, positivamente ya estás encariñado de los personajes por la cinta pasada y ver esta representación física de algo abstracto como el funcionamiento de la mente humana es llamativo. Así mismo, la animación es de primer nivel, siendo fluida, en escasos momentos experimenta un poco y, sobre todo, es hipnótico ver las texturas. Es ridículo lo asombrozos e impactantes que se ven los planos detalles.
Sin embargo, la cinta simplemente se queda como algo que cumplió, pero nada más. La propuesta cinematográfica es más aburrida, en momentos la dirección se auto-sabotea sorpresas o conceptos llamativos, y en general se nota que Docter tiene más experiencia en cintas animadas; sabiendo no solo conseguir imágenes más llamativas, sino como usar el montaje para generar escenas verdaderamente emocionales y llenas de adrenalina, a pesar de que todo sea objetivamente más pausado. En ese sentido, al igual que en la íncreíble música de Giaccino que en la antesesora hacía que algo posiblemente ridículo como una niña huyendo de casa fuera algo sumamente emocional, aquí solamente se remixea mediocremente. En general, los cineastas de esta secuela se sienten como una versión menos experimentada e icónica de los de la primera, intentando alcanzar a estos, pero que mediante la copia de visuales, leit motivs y el mediocre compromiso con utilizar diferentes estilos de animación o las convenciones de otros géneros terminan dando algo que a nivel estético no te aporta nada y solo te da ganas de volver a ver la película que sí lo hizo bien.
A parte de esto hay problemas, o quizás mejor dicho situaciones poco satisfactorias, referentes a la personificación de las emociones. Por ejemplo, las nuevas emociones parecen mezclas de las anteriores, dejando obsoletas a algunas de estas y quitándoles aquello que las hacía únicas. Esto es, en el mejor de los casos, contradictorio, pues desde antes de que aparezcan estas nuevas emociones vemos que ya sienten ansiedad o vergüenza en algunos momentos. Efectivmanete, los nuevos personajes son divertidos antes de volverse desesperantes, pero carecen de la caracterización tan maravillosa de los personajes originales. Quizás, simplemente como idea, en vez de introducir nuevos personajes para reemplazar a los existentes, se trabajan estos donde la pubertad los está cambiando y destruyéndo sus relaciones, generando un verdadero conflicto emocional; en vez de un nuevo antagonista que funciona como una copia de Temor, ¿qué tal si este se sale de control y comienza a traicionar, no a quienes conoció ese día, sino a sus amigos de toda la vida?
Aún así, parece que en esta sociedad donde la simple idea de la ansiedad ya es suficiente para ganarte de forma fácil y vacía a la gente, mediante una empatía de moda en la que cualquier representación de la misma lleva a las personas a atiborrar los cines. No es que no sea un tema importante, relevante o que ciertamente antes no se abordaba, sino que simplemente se siente como un disfraz barato con el que se quiere presentar Inside Out 2 como una mejor cinta de la que de verdad es. Esta simple aparición de un personaje parece haber conseguido llenar los cines y hacer que la gente ignore que en esta secuela se trata de la misma cinta punto narrativo tras punto narrativo que la pasada; que muchas cuestiones funcionan como máquinas de los deseos que pueden aparecer cuando se necesiten, mientras que otros elementos se olvidan directamente; y que para que la historia funcione tienen que deshacerse del crecimiento de la primera cinta (disfrazándolo mediante diálogos expositivps), contradiciéndo la construcción de aquel mundo y sin mostrar verdaderas repercusiones de los elementos que no son directamente de ansiedad, simplemente resolviendo todo lo demás de forma barata y sin exploración.
Aún así, el chiste final con los papás de Riley es maravilloso, por mucho lo mejor de la cinta, pese a que nuevamente se siente como una versión inferior de aquel de su predecesora. Por lo que, realmente no se puede condenar de ser una mala película, pero definitivamente, sobre todo gracias a la maravilla de su predecesora, se siente como un desperdicio ver esta cuando podrías ver el clásico de Docter.

A mi me encantó la película
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