Deadpool & Wolverine

⭐⭐ .5

Citando el inicio de Deadpool 2, la cual, por cierto, es una mejor película que esta: "Fuck Wolverine". Wolverine ha sido un cáncer que ni el poder de regeneración de Deadpool pudo curar, el cual se ha esparcido a una cantidad ridícula de películas de superhéroes. Más adelante explicaré mi conflicto con este personaje, pero solo para dejar en claro, te amo Hugh Jackman.
Deadpool & Wolverine se centra en un Wade Wilson (Ryan Reynolds) deprimido, soltero y con su universo en riesgo al haber perdido a su ser ancla: Wolverine. Esto lleva a que Deadpool sea secuestrado por la TVA  y Paradox (un personaje tan olvidable interpretado por Matthew Macfadyen que ni siquiera Google se molestó en ponerle el nombre correcto y se limitó a poner tres veces el de su contraparte Owen Wilson) para unirse a la principal línea del tiempo. Deadpool intenta traer otro Wolverine (Hugh Jackman) de otra línea temporal para salvar su universo, solo para ser purgados y ahora tener que enfrentarse a la mutante Nova (Emma Corrin). Y, por alguna razón que no es importante, estos personajes quieren acabar con el multiverso tal cual existe.
Primero que nada, debo explicar porque la presencia de Wolverine en esta cinta, y en todas las de los X-men, quizás con excepción de la primera, es una carga. Hugh Jackman tiene tanta personalidad y hace muy bien al personaje, eso es indudable, pero nunca ha sido bien trabajado realmente, siendo un simple asesino despiadado con el mismo complejo en todas las películas, y la adoración de los fanáticos es más allá de religiosa. Esto lleva a que Deadpool & Wolverine sea más Wolverine & la única saga que aún puede ganar dinero de Fox. En cada película que aparece Wolverine todo tiene que girar alrededor de él, dejando de lado a personajes más importantes para la historia como los verdaderamente involucrados en el clímax de X-men: Days of Future Past, los conflictos sobre la normalidad en X-men: Last Stand, o cuando sale como Deus ex machina a resolver el embrollo en el que se metieron los guionistas de X-men: Apocalypse. Aquí, al igual que en esta misma crítica, Deadpool abre la película, pero en vez de explorarlo a él como personaje, la cinta pone más escenas de Wolverine sufriendo de la forma más estática posible y, mientras que el supuesto protagonista no interactua con los personajes contruidos en dos películas pasadas, los cuales no aparecen todos y los que sí lo hacen únicamente es en dos escenas, Wolverine sí tiene momentos introspectivos (poco interesantes y repetitivos) con personajes de otras películas, cuya participación aquí se limita a un cameo o mención verbal.
Aún así, más allá de esto, por más que me molesta que la cinta deje de lado al protagonista del que yo me enamoré en dos películas pasadas, una buena película de Wolverine sería algo disfrutable. Pero, si hay algo que esta cinta no es, es buena. Fuera de la secuencia de créditos iniciales al ritmo de NSYNC (espero se escriba así), todo lo demás cae en picada más rápido que el bebé de Eric Clapton.
De entrada, y quizás siendo bastante incidioso, el diseño de producción en general es mediocre. Los vestuarios se sienten más nuevos, brillantes y artificiales, en otras palabras, más inverosímiles. El maquillaje de Wade Wilson se ve como si les hubiera dado hueva hacer algo tan detallado y grotesco como en las cintas anteriores, y la fascinación de planos abiertos de Levi solo lo vuelve más genérico. Además, todo lo que ocurre en el universo de Deadpool, que es lo que se supone está en riesgo, es solo una única calle, y particularmente corta he de admitir; toda la TVA se reduce a una sola habitación que no propone nada nuevo y se siente más pequeña que la participación de los Deadpool Corps.; y la mayor parte de la cinta ocurre en una especie de desierto vació, con los únicos elementos llamativos limitandose a la idea más simplona y menos trabajada que se les ocurrió.
La fotografía y cinematografía es pobre. Pese a efectos visuales bien logrados y algunos momentos icónicos, más por lo que captura la cámara que por el uso de la misma, la mayor parte es lumínicamente plana y genérica. Todo se siente carente de la más mínima inspiración, lo cual no es raro al tomar en cuenta que Shawn Levy, espero me perdone y entienda que no lo digo con mala intención, carece de personalidad y a Reynolds le gusta trabajar con él porque lo puede manipular cual Belinda a sus parejas.
La cinta, por su lado, también tiene cosas positivas que se deben mencionar. Ciertamente son escasas, pero las hay. Algunos chistes y cameos funcionan muy bien, momentos como la batalla en la calle del tercer acto y la secuencia de créditos iniciales viven en tu cabeza por un buen rato. La música, en su mayoría y cuando no es la decimo séptima vez que aparece la misma canción, es una mezcla de grandes hits que llevan muy bien la experiencia. Y, la verdad, las dos cintas pasadas hicieron tan buen trabajo con su protagonista que, aunque aquí está más de relleno, es agradable volverlo a ver haciendo chistes creativos y oscuros. También hay una secuencia en la que Deadpool y Wolverine pelean en un carro, en la que ninguno puede morir, que es bastante destacada gracias a que juega con las características que hacen especiales a estos personajes.
Lamentablemente, el guion intenta asesinar al mercenario bocazas de la peor forma posible. Y voy a dejar pasar el hecho de las contradicciones, que nada haga mucho sentido, que los personajes carescan de motivaciones, que todo se arregle a la trama, la sobre-explicación verbal de cómo funciona lo que ya estás viendo y que tienes que haber visto Loki y algunas películas oscurísimas de Marvel dosmileras, que son tan malas que ni los más nerds hemos visto, para que puedas entender porque una secuencia emocional está sostenida por cameos más vacíos que promesa de político. Lo realmente complicado es, ¿qué chingados le hicieron a Deadpool?
El personaje empieza con un nuevo status quo que no hace sentido con lo último que vimos, y que cuando se explica se hace en una escena mediocre y confusa, pero que se arregla de una forma mediocre y sinsentido. La motivación de Wade Wilson se plantea en una escena aislada del personaje con Happy (Jon Favreau), que se siente como un cameo chistosito sacado del culo porque ese es el camino de Marvel Studios post Avengers: Endgame, pero que, se supone debe sostener todo el peso emocional de la tercera parte de una de las sagas más emocionales del cine de superhéroes. Y, la película prefiere ponerte a personajes que ni tu amigo con loción olor a frikiplaza recordaba, y hacer un Nicolas Cage Lives (que cuando lo hace Marvel resulta que es maravilloso), dejando completamente de lado y hasta sin dialogos a los personajes de apoyo que se supone son lo que Deadpool dice que está al centro de la película; cosa que habría sido favorable fuera compartida con quienes realizaron esta cinta.
Finalmente, está divertida, violenta y cuando dejas de escuchar los dialogos te puedes ir como insecto con luz azul viendo visuales bonitos. Sin embargo, es una falta de respeto al personaje y a dos primeras partes que, pese a sus chistes sumamente subidos de tono y cameos inútiles, no olvidaban donde estaba el corazón de esas cintas. Porque el mismo Deadpool lo dice al inicio de su saga: "Ahí es donde te equivocas, pues esta es una película de amor".
(That was some euroboric shit).

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