Transformers One
⭐⭐⭐⭐.5
Al terminar esta película y esperar la escena postcréditos, pude escuchar a una chava decirle a su novio "qué tonta película". Dejando de lado lo culera que se vio con su novio evidentemente fanático de la saga y estos personajes, el comentario me resultó de cierta manera ofensivo en varios niveles, tanto como cinéfilo como miembro de la raza humana. ¿Cómo es posible que aún después de ver algo profundo prefiramos negarnoslo?
Esta nueva película basada en juguetes ochenteros se centra en Orion Pax (Chris Hemsworth) y D-16 (Brian Tyree Henry), un par de robots mineros mejores amigos que, debido a las imprudencias del primero, terminan teniendo que escapar de su ciudad junto a Elita (Scarlett Johansson) y Bee (Keegan-Michael Key) en busca de un macguffin que se perdió hace mucho tiempo y es su boleto de regreso a su sociedad. Sin embargo, al encontrarse con Alpha Trion (Laurence Fishbourne), uno de los primeros guerreros de leyendas de este planeta Cybertron, descubren que Sentinel Prime (Jon Hamm), el líder de su ciudad, les ha estado mintiendo desde hace años, llevándolos a utilizar sus nuevos poderes para transformarse en vehículos para revelarle la verdad a su ciudad.
Es una mamada la idea de robots alienígenas que se transforman en vehículos, Michal Bay dedicó una década de su carrera a demostrar que sí, pero, como esta película reitera desesperadamente utilizando el eslógan del mismo juguete, este concepto es "more than meets the eye". Mientras que para otros creativos se trata de solo personajes con un gimmick llamativo para vender juguetes (muy chingones, por cierto), y para otros solo es un pretexto para poner explosiones y sexualizar mujeres, para Josh Cooley, y en parte también para Travis Knight con Bumblebee, estos personajes son igual de valiosos que cualquier otro. Pese a lo inecesaria que pueda ser Toy Story 4, efectivamente Josh Cooley con esta cinta reafirma que, en sus películas, no se va a tirar sobre laureles gracias al valor nostálgico de sus personajes, sino que se va a comprometer a complejizarlos y humanizarlos a nuevos niveles.
Cooley evidentemente tiene mucha experiencia en la animación y aquí lo demuestra. La cinta es visualmente llamativa, el montaje es dinámico y no se pierde espacialmente con tantas cosas ocurriendo en pantalla, la propuesta visual adopta elementos que recuerdan a los orígenes de la saga y los mezcla con elementos imaginativos que remiten a las ideas de mundos extraterrestres vistos en cintas de DC y Marvel, y se nota una búsqueda de crear planos imágenes memorables. La fotografía llena de movimiento es inmersiva, y la música retoma elementos clásicos y actualiza a algo contemporáneo y funcional; aunque aún corto a la iconicidad de Linkin Park, siendo lo mejor que ha hecho Bay en su carrera.
Aún así, hay elementos que caen un poco. En momentos la historia se detiene porque debe explicarte una cantidad brutal de lore, dinámicas y trasfondo de este mundo y sus personajes, que en momentos sí te hacen pensar que estás de regreso en clase de historia. Así mismo, quizás si no sabes que se trata de una precuela, o la rivalidad que existe entre los aquí mejores amigos, la cinta puede resultar confusa o quedarse corta en el impacto emocional que puede generar al final; pese a que, aun viéndola sin nada de conocimiento previo y dándole una oportunidad, es enteramente efectiva.
Aún así, si no le buscas tres pies al gato, la película cumple brutalmente en cuanto a sus personajes. Todos los personajes tienen, en mayor o menor medida, una caracterización que te ayuda a distinguirlos y entender su parte en esta historia, la cual se encarga de ponerlos en diversas situaciones para ver cómo varían, evolucionan y se adaptan las relaciones entre ellos. Por ejemplo, no es lo mismo cuando Bee está solo con D-16, que cuando se encuentra con Orion Pax, y puedes ver cómo las relaciones de este personaje con Elita y D-16 cambian conforme avanza la cinta y se encuentran en nuevas situaciones. Y, sobre todo, D-16 y Orion Pax, funcionan increíble e inteligentemente como espejos el uno del otro, con formas de pensar y actuar diferentes, pero aún así siendo grandes amigos, al menos hasta que las situaciones los llevan a que sus emociones e ideologías los obligan a distanciarse tanto que no pueden convivir más. En ese sentido, la cinta es una tragedia agridulce que recuerda al arco de Anakin en Star Wars: Revenge of the Sith, pero con mejor diálogo y trabajo de personaje, perdón George Lucas.
Sin embargo, lo más sorprendente es que, detrás de todo el backstory y el aparente gimmick se esconden temas profundos. El control de masas ejercido por Sentinel mediante la manipulación de la verdad recuerda a 1984 de George Orwell y las ideas de Noam Chomsky, siendo temas muy actuales en los que la verdad del país todavía depende en gran medida de lo que salga a decir el presidente esta mañana, ya nomas faltaba que Sentinel tuviera acento tabasqueño para ser ridículamente gracioso. La forma en que Orion Pax convence a los mineros recuerda a las ideas marxista de control del proletariado que se levantaría contra los burgueses, con Sentinel haciendo hincapíe en que los tiene trabajando hasta la muerte para él poder vivir como un falso rey (similar a ideas shakespeareanas y hasta míticas) al servicio de una nación externa (¿colonización? ¿de mejor manera que todo el cine nacional?). Incluso, en esta cinta el gimmick de que pueden transformarse no es vacío, este proviene de un artefacto que les deja, literalmente, un hoyo en el pecho al ser arrebatado por su líder al nacer, a la vez que funciona como una metáfora de que este poder de transformarse también es ese poder que les permite transformar su mundo en un lugar mejor; es un Wish bien hecho, quizás Transformers One debería de celebrar los 100 años de Disney.
Al final, es una película que fuera de que necesita explicarte muchos años de lore, si le perdonas esto puedes encontrarte con una joya que se compromete cinematográficamente, balancea bien la comedia más infantil con sus momentos más dramáticos, es propositiva, tiene un ancla emocional poderosa y compleja, y no tiene miedo de abordar temas profundos. Al final, Transformers One es una historia sobre el control social, lucha de clases, política y una fuerte hermandad disfrazada de robots alienígenas que se transforman en carritos que hacen brum brum.
*"What I've done..."* Written by Osnar Chávez

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