Captain America: Brave New World
⭐⭐⭐
Esta película debería de ser President Ross: Brave New World. No entiendo qué pasó entre las regrabaciones, pero esto ya dejó de ser una película del Capitán América.
Por alguna razón, el villano y el antagonista principal, The Leader (Tim Blake Nelson) y Thaddeus Ross/Red Hulk (Harrison Ford) respectivamente, son villanos de Hulk, no del héroe con la bandera estadounidense. Los únicos villanos del ahora volador símbolo de Estados Unidos son La Sociedad Serpiente, de los cuales ni se parecen a sus contrapartes de los cómics más que en el nombre, su papel es ínfimo y es tirar a la basura a un actorazo como Giancarlo Esposito para únicamente incluirlo en dos escenas bastante intrascendentes. Y todo para que, The Leader, pese a sus poderes interesantes de prácticamente predicción del futuro y titiritero, parezca un brócoli mal cocinado y sus maquilaciones no sean particularmente complejas ni inteligentes.
Por el lado de los héroes, Sam Wilson (Anthony Mackie) hace un sorprendentemente carismático y apropiado Capitán América, usando el escudo clásico, pero mezclándolo con sus propias habilidades con alas y sin suero del supersoldado (aunque a veces a la cinta se le olvide). Joaquin Torres (Danny Ramirez), aunque eventualmente desaparece de la película, en su mayoría funciona bien como side-kick del protagonista, dándole a alguien con quien hablar y siendo capaz de hacer prácticamente lo que el guion necesite resolver. Isaiah Bradley (Carl Lumbly) tiene un papel pequeño, pero es el centro emocional, dramático y temático para Sam Wilson. También aparece una ex-Black Widow (Shira Haas) que apoya como jefe de seguridad a Ross y se une a los héroes, pero solo está ahí por contrato y podría haberse cortado completamente para darle más tiempo y cosas que hacer a los personajes relevantes para la cinta.
Bueno, creo que la mayor situación se aclara con solo mencionar una simopsis. Ross es presidente de los Estados Unidos, trata de firmar un tratado por el adamantium en la isla del cuerpo muerto de Celestial, es intentado de asesinar, fracasa al resolver las cosas, y resulta que todo se trata de un plan de The Leader, a quien tuvo preso por años, así que debe encontrar una manera de evitar una guerra, evitar que el envenenamiento que lo convierte en Red Hulk lo transforme y hacer las pases con su hija. Mientras tanto, el nuevo Captain America y Falcon intentan descubrir el misterio, que por lo mismo de misterio no tiene mucho, a la vez que hay múltiples grupos y personajes involucrados para rellenar las dos horas de película. La cuestión es que el personaje activo que mueve las cosas hacia adelante es el villano, quien tiene una conexión con Ross, no con Sam Wilson, quien su motivación es sacar a Bradley de la cárcel, lo cual no tiene ningún sentido de urgencia y se olvida durante la mayor parte de la historia. Es una película de Red Hulk, de Taddeuss Ross tratando de expiar sus errores, en la que Captain America simplemente está resolviendo lo que él o The Leader hacen. Quien tiene que crecer, enfrentar sus demonios y su pasado, reparar sus relaciones es Ross, Wilson solo existe para repetir lo que ya aprendió anteriormente y funcionar más como mentor e inspiración para otros, que como un personaje para sí mismo.
Y la cuestión es que fuera de los personajes, la cinta es bastante genérica. El tono no se siente ni tan Marvel como otras, llenas de acción, grandes apuestas y comedia, ni tan thriller político como quiere hacerse ver; resulta una mezcla con poca adrenalina para ser Marvel, y bastante tonta como para ser un thriller político. No hay planos particularmente llamativos, y audiovisualmente es bastante aburrida y nada propositiva al lado de todas las demás cintas grabadas con planos y contraplanos en pantallas verdes. Si bien ayuda que hay dinamismo en las escenas de acción con los personajes usando sus poderes únicos, fuera de un par de planos, todo se siente tan poco imaginativo al ser filmado como si fuera cualquier cosa. Ni siquiera los efectos visuales son particularmente destacables, ni se ven tan impresionantes como deberían, ni tan evidentemente aborrecibles como Marvel entrega ahora.
Al final, todo se queda a medias. Sí, tiene escenas de acción divertidas de ver, pero no son para nada despampanantes. Tiene un thriller político con una premisa bastante orgánica a partir del cual desarrollarse, pero que se siente como dos niños jugando al Monopoly sin dinero. Los personajes son una sombra de su verdadero potencial, con The Leader moviendo un hilo de una marioneta que le mueve 4 dedos, así como Giancarlo Esposito interpretando a un villano que ni él recuerda el nombre. Y, mientras que las cintas de Capitán América siempre exploraban temas de patriotismo, los límites de este y de las instituciones gubernamentales, los enfrentamientos entre el bien y el deber; aquí es el caso más blanco y negro donde, para evidenciar que no entendieron al personaje, la cinta acaba con Wilson diciendo que él nunca se equivoca, tal cual ocurre durante las dos horas de metraje donde nunca lo vemos equivocarse realmente, solo culparse por alguien herido que evidentemente no fue su culpa y no tiene repercusiones, haciendo el conflicto más artificial que semilla Monsanto.
Más que Captain America: Brave New World, se siente como American Falcon: Tame New Movie.
Puedes leer mi reseña de Sing Sing aquí.

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