¿Qué Ching*d*s con los Oscars?
Sí, los premios de la Academia son pura propaganda y un acto elitista de evaluación artística hecha por la cima de la pirámide que da la ilusión de "democracia" al darles a un conglomerado de artistas de la industria del cine, muchos de ellos con un limitado bagaje cinematográfico, una limitada lista de opciones sobre qué es lo mejor del séptimo arte. Al final, es una misma élite la que ya eligió quién puede y quién no puede participar en la votación, es como cuando nos dicen que tenemos "democracia" porque podemos marcar un nombre en una hojita de papel con 5 para decidir quién nos la va a dejar caireles por los siguientes seis años. Sin embargo, sigue siendo todo un fenómeno mediático y superficialmente importante para el cine, y aunque no lo haya visto debido a la crisis de identidad que tuve ayer (esto se escribió el lunes siguiente, no sé cuando vaya a publicarse), pues sí revisé la página de Wikipedia y confiaremos en que esté correcta. Así que, con esta información de dudosa calidad (igual que muchas de las cintas nominadas), abordaré algunos de los temas y opiniones que encuentro peligrosas y tristes para el cine como industria y, más importante, como arte.
De entrada, se sabía que iba a ser un robo desde antes de que fuera la ceremonia, antes de que si quiera hubiera nominados. Coralie Fargeat me parece una persona muy humilde y asertiva como para decirlo, pero The Substance es una obra maestra y el resto de películas solo estaban compitiendo por el segundo lugar.
Es un robo que Sean Baker con Anora se haya llevado mejor dirección, mejor montaje, mejor guion original, mejor actriz para Mickey Madison (aunque ciertamente da una interpretación impresionante) y mejor película. Anora en su guion tiene un primer acto que dura la mitad del metraje, la dirección es, con un par de excepciones, completamente intrascendente y sin ninguna imagen memorable, y pese a que la segunda mitad es muy disfrutable, la inicial es infumable y carece de la habilidad cinematográfica para contar algo muy simple de forma efectiva, tomándose una hora para "resumirte" el trailer. Por el contrario, The Substance tiene la narrativa visual más sutil y efectiva de los últimos años, el guion está perfectamente estructurado, tiene un tema y discurso claro y subtextual, y Fargeat como directora es absolutamente brutal. Con un amor por el cine inigualable y palpable en cada referencia a Kubrick, Hithcock, Cronenberg y Tarantino, un uso clínico del lenguaje cinematográfico como solo Spielberg y Fincher han logrado dominarlo, una completa falta de ego y elitismo artístico al ver el cine de explotación, monstruos y serie b como algo valioso, da como resultado una cinta completamente impecable y donde cada plano es maestría pura.
Encuentro ridículo el que hayan ignorado de esta manera a The Substance y a su directora Coralie Fargeat por algo tan estúpido como que no les gustó el final o la encontraron muy asquerosa. Entiendo esto, creo que ver visceras y sangre a borbotones no es para todos, pero cualquier persona que tenga la mínima formación cinematogrpafica debería de ser incapaz de negar la absoluta magnificencia de la dirección de Fargeat. No hay ningún plano en esa película que pudiera o debiera haberse filmado de otra forma, todo es tan preciso y al punto, hasta resulta ofensivo de ver cómo de forma tan despreocupada la directora francesa crea una obra maestra sin aparentemente la menor dificultad. En alguna entrega anterior de los premios de la Academia le preguntaron a varios directores qué significaba su oficio, y (si no mal recuerdo) Fincher respondió algo por este estilo: se trata poder encontrar, entre las miles de formas de grabar un plano, la buena y la perfecta, y saber elegir la segunda. Esto es lo que hace Fargeat como nadie más en los últimos quince años.
Tomando en cuenta que la Academia de repente premia a mujeres por cintas aburridas, intrascendentes y sin personalidad como Jane Campion por The Power of the Dog o Chloé Zhao por Nomadland. No quiero ser grosero ni pretender que no saben hacer su oficio, pero es ridícula la idea de que Campion dirija mejor que Spielberg en West Side Story y su plano de sombras en la pelea entre pandillas, así como que Nomadland cuenta con una mejor dirección que Mank de Fincher, Another Round de Thomas Vinterber o incluso Promising Young Woman de Emerald Fennell. Incluso, pese a que no he visto The Hurt Locker de Kathryn Bigelow, que asumo debe ser muy buena, pero ganarle a Inglourious Basterds de Tarantino suena complicado. Por primera vez una directora mujer realizó la dirección más indiscutiblemente virtuosa del año, sin deseo ni malicia alguna humillando a todos los demás nominados en esa categoría, y la Academia y su supesta inclusión mediante cuotas raciales y, supongo, de género ahora actuó como los ratoncitos de Shrek. The Substance se merecía prácticamente todos los premios de esta temporada de festivales, siendo tan ridículamente sobresaliente en tantos aspectos; excepto mejor fotografía, que con The Batman y Dune: Part Two, Greig Fraser indiscutiblemente merecería tener tres estatuillas, con la que sí ganó siendo la única vez en que sí tenía competencia real. Una disculpa por perderme un poco cromándosela a Fraser, el mejor director de fotografía en la industria cinematográfica mundial actualmente, pero, regresando, y pese a que Fargeat no podría importarle en lo más mínimo (o esa impresión me da), es un nivel de cinismo nivel política mexicana que no haya haya estado nominada y ganado prácticamente todas las categorias. Fargeat, dudo que leas esto, pero alguien hágaselo llegar: Coralie Fargeat, The Substance es increíble, espectacularmente filmada y una demostración cinematográfica que como espectador y crítico de cine me hizo re-enamorarme del séptimo arte.
En otras cuestiones, ¿en qué momento dejamos de valorar las películas con un buen tema y algo que decir? No comprendo la postura de cintas que no tienen nada que expresar como Bardo: Falsa Crónica de unas Cuantas Verdades, la cual abarca muchos temas como los desaparecidos o el estado del arte en México, pero no tiene nada que decir al respecto. Muchos dicen, "pero te pone a pensar y reflexionar en los temas". Supongo que es cierto, pero entonces el valor temático de dicha cinta es el mismo a que si te digo "¿sabías que hay muchos desaparecidos en México?". Ni siquiera hay una exploración social, política, emocional, ya dramática con tal de hacer la película entretenida. Que, bueno, supongo que es mejor eso que la idea de Emilia Perez con la cual el director, "humildándose a nuestro nivel", nos explica que podemos acabar con los desaparecidos si nos aliamos con quienes los desaparecieron para encontrarlos (esa mamada jajajaja).
Extraño antes cuando las películas trataban de algo, y tenían un tema. Cuando había una trama y pasaban cosas, los personajes actuaban, y todo era para demostrar un punto de vista. Desde cosas obvias como Star Wars y el bien triunfando sobre el mal, pasando por How to Train your Dragon (no quiero un live-action) que es una historia sobre dragones donde se trata de demostrar que el amor y el respeto son más poderosos que el odio y el miedo, o cuando en The Social Network la historia de Zuckerberg es una advertencia sobre los peligros de enemistarse por egocentrismo. Mientras que, ahora, muchas películas tratan de nada. En México mandamos Sujo a la Academia, la cual es alguien sufriendo por dos horas y no nos dice nada, no tiene una postura respecto a sus temas, es como dos horas de los cineastas no diciéndote nada y habiéndose gastado una cantidad obcena de nuestros impuestos. ¿En qué momento dejamos de querer decir algo solo para mostrar gente en sufrimiento y "poner a reflexionar", sin nosotros hacerlo primero?
Otra cosa, ya la última, ¿no aprendimos nada de la pintura? ¿No entendimos que el arte que imita a la realidad es aburrido, sin propósito y más un registro científico que un producto de valor artístico? Ahora parece que tenemos miedo a las historias que no son realistas, Dune: Part Two (aunque no me parece a la altura de la primera a nivel dirección y cinta en general) fue completamente ignorada al ser ciencia ficción, The Substance corrió con una suerte similar porque viene acompañada con terror y gore, y Wicked (también medio sobrevalorada, pero muy disfrutable) solo tuvo oportunidad de ser nominada gracias a que se basa logarítmicamente en una cinta clásica (adapta una adaptación de una adaptación de una reinterpretación de una adaptación de un libro). Las películas con posibilidades de ganar, y que han ganado en años pasados, siempre son tediosamente "realistas" y naturalistas, con escenas largas de nada, y nula estilización ni exploración de las capacidades del cine como medio expresivo. ¿Por qué dejamos de valorar películas con propuestas originales, fuera de nuestra realidad y estilizadas? ¿Por qué empezamos a ver el que un filme fuera dinámico y atractivo visualmente, entretenidamente montado y con una sobrecarga estética como algo inferior a "el gran cine que refleja nuestra realidad"? Esto solo es por pura indignación de que Better Man está bien chingona, merece mucho más reconocimiento que la mitad de las cintas que estuvieron presentes esta noche.
Al final, los Oscars son pura política por y para cineastas, de lo cuales la mayoría tienen niveles importantes de analfabetismo cinematográfico, y no realmente para cinéfilos. Lo importante no es quién gana o pierde una estatuilla, es más valioso el impacto que las películas que vimos tuvieron para nosotros; el valor del arte no está en la evalución de una élite, su relevancia recae en el cómo logra afectarte a ti como espectador. No obstante, la ceremonia es un reflejo del estado de la industria del cine, cómo los que hacen las películas que tanto nos gustan ven esas mismas cintas, y qué nos espera en los próximos años. Entonces, es importante hablar de los Oscars, no para cambiar quién gana o pierde, sino para hacer saber qué tipo de películas queremos ver, qué opinamos de las que se están haciendo y, más importante, porque hablar e intercambiar ideas del séptimo arte es más divertido y democrático que premiar películas que nos durmieron en el cine, nos arruinaron la vejiga y hasta sacaron hemorroides, ¿verdad, The Brutalist?

Muy buena descripción de la monarquía del cine usando los Oscares
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